Historia del sofáSin duda unos de nuestros muebles preferidos es el sofá y no es por casualidad, ya que gran parte del tiempo que pasamos en casa, es precisamente sentados o acostados en él. El sofá se ha convertido en mucho más que un simple mueble, ya que nos permite disfrutar de experiencias, confidencias y de grandes momentos. La historia del sofá en los últimos 100 años. Cuenta la leyenda que toda esta comodidad de la que seguimos disfrutando hoy, se la debemos a los antiguos sultanes de los países árabes que fueron los primeros en hacer uso de este mueble a modo de trono. Pero a diferencia de las sillas convencionales de la época, se les añadía cojines y tejidos para que resultaran mucho más cómodos. Aunque también existe la teoría de que los antiguos egipcios ya utilizaban algo similar al sofá, pero no tan cómodo. Aunque los romanos fueron los que introdujeron un nuevo uso del mismo. En la antigua Roma, el sofá conocido como triclinium, se instalaba en los comedores de las casas, lugar dónde únicamente los hombres de la clase alta podían recostarse para comer, conversar o recibir a sus invitados. Los esclavos, las mujeres y los niños no podía disfrutar de estos privilegios en aquella época. Con estos historial se convirtió en un producto de lujo destinado solo a los más afortunados y ricos. Con la revolución industrial, este tipo de mobiliario se popularizó llegando a todas las clases medias occidentales. Desde ese momento se ha convertido en fundamental para todos nosotros, ocupando un lugar privilegiado dentro de nuestra casa, y no solo en el salón, sino también el las habitaciones, terrazas y jardines. Tanto es así, que se ha transformado en el centro de muchas escenas de series y películas ya míticas, donde toda la trama se desarrolla alrededor de él. Ejemplos de ellos hay cientos, pero nosotros nos quedamos con los que más nos gustan. Por supuesto, con el sofá de la conocidísima serie The Simpsons, donde Bart, Lisa, Homer y toda la familia se reúne para ver la tele. O con la irrepetible serie Friends, donde el grupo de amigos queda en la cafetería Central Park en su inconfundible sofá naranja, o con el sofá estampado de “Matrimonio con hijos” tan de moda en miles de hogares americanos de la época.
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